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Buenos Aires, Argentina

sábado, 3 de julio de 2010

Lo peor es que, por mínima cosa duele, duele mucho. Duele más cuando tenés aquella confianza inmensa y de alguna manera te terminan defraudando, sea de la manera que sea. No somos perfectos, para nada, pero tampoco tan imperfectos como para poner siempre la misma excusa cuando cometemos errores. Detesto ver como la confianza, con pocos o muchos actos, se deteriora. Claro, cualquiera puede cometer erróres, pero también cualquiera debería hacerse cargo luego. Lo primero es normal, es algo que muchas personas hacen porque el ser humano es así, imperfecto, cometedor de erróres, pero pocos seres humanos hacen lo segundo, el hacerse cargo y aceptar que cometió algo que no debería haber cometido.
La confianza es algo frágil, más esa confianza que yo le tengo a mis amigos. Por eso es que con un pequeño acto, esa confianza se podría ir despedazando, no de a poco, sino de a mucho.. y aun más, esa confianza infinita que le tengo a cierta gente que no porque sea infinita, necesariamente tiene que ser fuerte. Por eso es que a veces no sé que pensar, ni que decir, ni cómo actuar. No sé si abrir la boca y decir cosas que quizá luego me arrepienta, o callarme y quedarme con esos nervios, con esa bronca en la garganta.. pero de algo estoy segura: hable o calle, nada puede volver a ser como era antes(haya sido un error grande o pequeño).

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